Esta reforma integral en la zona de Ópera se llevó a cabo en una vivienda localizada en un edificio construido entre finales del siglo XIX y principios del XX. Por lo tanto, partíamos de un fortísimo carácter marcado por elementos constructivos como los anchos muros de carga, grandes balcones exteriores, altura de techo de más de tres metros, estancias amplias… ¡Todo un reto!
Mantuvimos la esencia de la vivienda
Si bien, se trata de una rehabilitación integral, hemos tratado de mantener el carácter y la esencia de esta vivienda proyectando una intervención que pareciera que no se hubiera ejecutado. La distribución principal de espacios se respetó, aunque se unieron zonas y se reubicaron cuartos de baño. Tenía una superficie útil aproximada de 135 metros cuadrados y tres dormitorios, quedando tras la obra en 2 dos dormitorios y dos cuartos de baño.
Tanto los clientes como el equipo de altia, estábamos de acuerdo con mantener los elementos y acabados más representativos con los que nos encontramos inicialmente, en concreto las contraventanas interiores de los balcones y la madera del suelo. En cuanto al suelo, y dado el gran desnivel existente en la vivienda, se tuvo que levantar entero y proceder a su recuperación. Buscamos la misma madera igualando el tono y el veteado, finalmente instalamos todo el material tratado y procesado una vez que este ya se había homogeneizado.
Partiendo de estos planteamientos iniciales, el resultado es un conjunto clásico y amplio en el que se percibe una gran espacialidad y una agradable y abundante luz natural que llega a todas las estancias.
Las estancias se distribuyen en torno a un espacio distribuidor y de recepción con un uso muy polivalente, ya que desde este mismo se accede a todas las habitaciones de la vivienda: salón, dormitorios, baño y cocina. Esta disposición implica que además de ser una zona de paso, también es un lugar muy interesante desde el que se percibe todo el conjunto de la vivienda. En cuanto a la iluminación, se instaló un sistema de focos led empotrados que potencian la altura de techos de la que se partía. Esta elección se complementaba con la iluminación baja de lámparas y apliques que se realizó tras el proceso de amueblamiento. De esta manera, logramos un ambiente cálido y acogedor que destaca por una disposición perimetral de las luminarias para enfatizar las piezas seleccionadas por los clientes.