En la reforma de este ático que nos encontramos con una distribución antigua, oscura y muy compartimentada, conseguimos crear un gran espacio muy luminoso con salón-comedor, cocina abierta y comunicado directamente con la espectacular terraza con inmejorables vistas con la que cuenta.
Para ello se demolieron los tabiques que dividían tres dormitorios contiguos, todos exteriores pero bastante oscuros y su lugar fue ocupado por el nuevo salón con cocina recogida en un único frente con una pequeña isla que hace de división espacial al tener integrada sobre ella y en sus laterales unas mamparas de cerrajería en gris forja y vidrio traslúcido, que además de dividir, dan personalidad al espacio.
El elemento principal de este gran espacio es la luz, que entra a través de sus 3 grandes balconeras y desde donde se divisan los tejados y la fantástica terraza contigua.
La vivienda cuenta además con tres dormitorios y dos baños que optamos por distribuirlos hacia el patio interior creando así dos zonas separadas, una exterior más pública y una interior más silenciosa y privada.
Uno de los retos más importantes que nos encontramos en este proyecto fue el desplazar la cocina desde un extremo de la casa hacia el contrario, llevando todas las instalaciones necesarias a través de falsos techos y creando una solera aligerada que nos permitiese empotrar bajo el suelo las instalaciones de saneamiento con la pendiente y requerimientos que marca la normativa técnica para su buen funcionamiento.
Los materiales empleados en la vivienda buscan dar calidez con el suelo de tarima de madera y una gama de colores neutros como el blanco y el gris topo con toques de color azulados y mostaza en mobiliario y textiles, para armonizar el espacio y conseguir un ambiente agradable y juvenil.
El mobiliario de estilo nórdico de líneas y formas sencillas, seleccionado por nuestra interiorista, tiene en cuenta el uso al que se destina la vivienda, empleando materiales duraderos y de calidad que se puedan adaptar a diferentes gustos y personalidades.